«El príncipe Harry ha perdido su personalidad, su filo y su propósito». Así de tajante es Angela Levin, la biógrafa del duque de Sussex, quien es autora de «Harry: biografía de un príncipe» (2018). La escritora cree que el nieto de la reina Isabel II ha perdido su propio camino para seguir los pasos de su esposa, Meghan Markle.
«Es una sombra de lo que fue», dice la escritora sobre quien fuera considerado el miembro díscolo de la realeza británica. En una columna publicada en el diario The Sunday Telegraph se lamenta que el príncipe esté cambiando tanto, incluso su acento británico, para encajar en su nuevo hogar en la localidad de Montecito, California, junto con su primogénito, Archie, y en compañía de la madre de la duquesa, Doria Regland.
Lo cierto es que la vida estadounidense del príncipe dista mucho de la encorsetada agenda que le había deparado Buckingham y también le está proporcionando grandes beneficios –se habla que la pareja podría haber ganado más de 100 millones de dólares desde que dejaron Londres– mediante contratos con Netflix y Spotify.
Y esto tampoco gusta a Levin: «Los interminables anuncios de la pareja acerca de los acuerdos que van cerrando se antoja insensible en un momento en que cientos de miles de personas han perdido su medio de vida». La escritora cree que Harry habría sido una gran fuente de consuelo para los británicos durante lo peor del Covid-19, por lo que lamenta que se haya «escondido» en su mansión de Santa Bárbara durante la pandemia.
La biógrafa agrega que si bien Harry se resistió siempre a ser el repuesto de su hermano, el heredero, no parece tener tanto inconveniente en ser el segundo de Meghan Markle. «Por supuesto, no sería el primer hombre en ser apabullado por una hermosa mujer con una agenda diferente que luego adopta mansamente como suya», sentencia.
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