A estas alturas el aspecto físico de una persona no debería ser tema. Si es gordo, flaco, bajo o alto es intrascendente, sin embargo, aún hay quienes creen que tienen el derecho de criticar a alguien por su apariencia.
Es lo que le ha ocurrido al músico Andrés Calamaro, quien ha recibido una serie de críticas luego de su aparición en «Rompan Todo», el documental de Netflix sobre el rock en Latinoamérica.
La producción de la plataforma de streaming hizo un extenso trabajo sobre los orígenes, hitos y las bandas más representativas del rock en español, donde entrevistó a bandas como Soda Stereo, Café Tacvba, Los Fabulosos Cadillacs, Aterciopelados, además de estrellas como Charly García, Fito Paez y el propio Calamaro.
A pesar del material y los registros históricos que presenta el documental, muchos fanáticos se quedaron con la vestimenta, apariencia y actitud que mostró el fundador de Los Rodríguez.
Ante la lluvia de críticas, el artista argentino rompió el silencio y realizó sus descargos a través de un extenso texto que publicó en su cuenta de Facebook.
«Llevo dos semanas que me llueven inodoros en punta. Fue llegar y leer al pueblo enardecido a causa del documental de Netflix. Cuando editamos un disco ni pelota nos dan … Solo se molestan para rezongar en las redes sociales, así es «el mejor público del mundo». No quiero saber como es el peor público del mundo», comienza el texto.
Calamaro se lamenta por ser testigo de la peor cara de Buenos Aires y esa «cara invisible que no da la cara», refiriéndose al anonimato que dan las redes sociales.
«Ya soy grosero, complicado de llevar, imperfecto e incómodo. Es lo más bonito que puedo decir de mi. En estos últimos días le he visto la peor cara al culo de mi ciudad de Buenos Aires, la cara invisible, la cara que no da la cara. Soy nómade y sufro un insomnio que ni Drácula podría aguantar», señala.
El cantante argentino pone en la balanza los comentarios sin sentido justo en un periodo donde la humanidad se debate entre la vida y la muerte por la pandemia del coronavirus.
«En estos últimos días el escarnio llegó a lo absurdo entre lo absurdo. Todos tenemos asuntos personales y familiares, el mundo vive con miedo a morir … nuestros familiares y amigos enferman o siguen viviendo. Sumar disparates ridículos operados por la Gestapo de caniches (ladrando consignas rancias de la corrección política veinte años atrasada), es demasiado (poco) para cualquiera», señala.
Calamaro termina el texto, el que se ha viralizado por las redes sociales, despidiéndose «con alegría y haciendo las cosas bien… Anoche fue un gran día, mañana es mejor».
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