Seguramente en el mundo hay millones de fanáticos de los hot dogs, pero ninguno ha terminado agrediendo a otra persona por ese popular sándwich, como sí lo hizo Matthew Evans, originario de Inglaterra.
Todo se remonta a 2016, cuando un colega le comió un hot dog a Evans, algo que quedó en la memoria de este sujeto por años, debido a que cuatro años después se lo enrostró en una celebración en la que se encontraron ambos.
En esa oportunidad los dos se enfrascaron en una pelea que, afortunadamente, no pasó a mayores. Sin embargo, unas semanas después, Evans se apareció en la casa de su colega en una madrugada de enero de este año, mientras compartía con unos amigos.
“¿Te acuerdas de mí” le dijo antes de abalanzarse sobre él para darle un golpe de puño en la cara antes de apuñalarlo en el abdomen y cortarle la cara, según el relato que se escuchó en el tribunal, según señala la prensa local.
“Inmediatamente después del apuñalamiento tuve que inventar historias para mis hijos de porqué tenía puntos de sutura en la cara y porqué seguía rompiéndome. Dondequiera que esté, estoy constantemente revisando que las puertas estén cerradas. Escuché rumores de que porque estoy apoyando el caso, mi cabeza tiene un precio”, señaló.
Unque en ese momento Evans logró escapar y escabullirse, finalmente la justicia lo condenó a dos años de reclusión en una cárcel, mientras que los otros dos años restantes deberá completarlo en un centro médico luego de detectarse que sufre de un trastorno de estrés postraumático como resultado de haber realizado su servicio militar y tener problemas relacionados con el abuso de drogas.
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