Lindsay se quejaba acerca de las aplicaciones de citas. "Son tan superficiales". No había estado en una relación "real" hace más de cuatro años.
"Me sentía como un hámster en la rueda: deslizar el dedo, juntarse a tomar algo y nunca ir a hacia ninguna parte. Nunca se sentía como cuando me decían que iba a saberlo cuando me encontrara con alguien que fuera realmente bueno para mí."
Lindsay ha tenido buenas experiencias en línea. Pero las malas han sido muchas más. Ella lo único que quería era sentir lo que todo el mundo le decía que sentiría cuando llegará la persona especial: algo diferente.
Dudaba si alguna vez viviría ese instante mágico, momento de total claridad. Quería algo diferente. Incluso si ese "algo diferente" no era un novio. Había perdido las esperanzas, por ende decidió parar de pensar en eso y todo lo que conllevaba.
Se deshizo de todas las aplicaciones de citas. De esta manera partió el 2016 en un lugar saludable para ella:
"Yo no estaba en contra de las citas y no estaba cayendo bajo a propósito, pero sí estaba centrada en mí misma. Y en la búsqueda de la alegría en mi vida diaria, que si era honesta, definitivamente no incluía esas citas mediocres".
Entró a clases de boxeo. Hizo un viaje a España y Portugal con su madre. Progresó en su trabajo. Tuvo más historias independientes para escribir. Decidió enviar a su perro, que requería mucha responsabilidad, en un viaje de tres meses a casa de sus padres y así poder probar cosas nuevas. Se hizo todo su chequeo médico y superó sus metas de ahorro.
"Me lancé a la emoción de decir 'sí', y pasé más tiempo de calidad con mis amigos, sin la distracción de encontrar una cita. Y me inscribí en un curso de cocina de cinco semanas, en el Instituto de Educación Culinaria".
Fue una extraña manera de poner fin a la búsqueda, dejando de lado todo lo que la ataba a su vida cotidiana. Para Lindsay fue un placer esta sensación de sentirse anónima: No era Lindsay la escritora, la chica de Carolina del Norte, la bloggera, la madre de un perro o la que llevaba 4 años soltera. Solo era una mujer que tomó una clase un miércoles por la noche con un grupo de desconocidos.
Para Lindsay fue liberador.
La segunda noche del curso, conoció una chica de su edad. Como ella, estaba allí para divertirse y aprender algunas habilidades. En una de las clases, en el que finalmente llegaron a comer lo que habían cocinado durante cuatro horas, hablaron acerca de las citas. Idearon un plan para tener una cita doble, cada una le presentaría a la otra un tipo.
No había expectativas, ni promesas, sólo una noche de diversión para cuatro personas. Era su primera cita del 2016 y Lindsay se sintió nerviosa. Su amiga le aseguró que su cita era amable y fácil de tratar. Y fue entonces cuando lo vio… Había algo diferente.
Una doble cita se convirtió se convirtió en una relación.
Lindsay no sabe si de haberlo conocido por aplicación le habría puesto "like".
"Definitivamente sé que no podría haber leído dos frases en su página que describieran con precisión lo grande que es como persona. O el tipo de química que tuvimos desde el primer momento. O cómo un mensaje de texto de él, al mediodía, me puede hacer sonreír hasta el punto de que mis compañeros de trabajo me pregunten qué es gracioso".
"Podríamos haber averiguado si nos encontramos en una aplicación, pero en mi corazón, me gustaría creer que algo orgánico, natural, y en persona significa más de lo que lo hace desde una pantalla".
Para Lindsay todo partió cuando tomó esas clases de cocina, dio un paso afuera de su zona de confort. Tuvo una oportunidad de hacer algo diferente.
El poder de… gustar de alguien muchísimo.
Si te sientes al igual que Lindsay, tal vez es hora de borrar esas aplicaciones de citas y salir de tu zona de confort. La soltería tampoco se trata de un período entre novios, por lo que no te sientas sola, aprovecha de estar contigo misma y conocerte. En una de esas, terminas conociendo esa persona que se siente difer