La decisión de cerrar por un año la capilla de Itauguá Guazú ha generado indignación entre los feligreses, quienes denuncian que la medida es una represalia tras sus reclamos al párroco Pedro Brítez.
Según el sacerdote, el cierre responde a diferencias en la gestión y a la necesidad de alinear la capilla con la línea pastoral establecida.