Un joven de 21 años falleció tras ser atropellado por un conductor que dio positivo a la prueba de alcotest. Según cámaras de seguridad, el hombre cruzó el semáforo en rojo.
En tiempo récord la justicia le benefició con prisión domiciliaria, pese a las evidencias.
“El asesino estará tranquilo en su casa, tomando tereré”, lamentó el hermano.