Alicia Kozakiewicz tenía 13 años cuando sufrió de grooming, y fue violada y torturada por el hombre que conoció en línea.
Hoy de 27 años, fue abusada en las manos de Scott Tyree, quien fingió ser un adolescente en internet, y la secuestró cuando se conocieron. El pedófilo mantuvo a Alicia como su prisionera en su casa en Virginia, encerrada en una jaula y con una cadena al cuello. Estaba atada al piso de la habitación de su captor, donde fue violada y golpeada.
Durante años, Alicia dijo que luchó con las relaciones interpersonales tras tan horrible experiencia. Le ha tomado mucho tiempo aprender a separar su pasado de sus nuevas relaciones. “La violación es acerca del poder y el contro”, ha dicho. “El amor nunca lo es. Lo que me pasó no tiene nada que ver con una relación que pueda tener con alguien más.”
Y ahora espera con ansias el momento de casarse con el hombre que dice es su mejor amigo. “En julio, un día después de mi graduación, me casaré. Soy tan afortunada de casarme con un hombre que realmente apoya mi misión. Por años he luchado con las relaciones personales. Los toques más gentiles podían de pronto parecer malvados y llenos de dolor”.
Alicia conoció a Tyree la víspera de Año Nuevo de 2002, cuando él la raptó y la mantuvo prisionera durante cuatro días.
Transmitió las golpizas en un foro en internet, donde un usuario que temió ser implicado como cómplice advirtió a la policía que Alicia era la chica que se veía en los afiches de búsqueda. El FBI ingresó a la casa de Tyree y encontró a Alicia escondida y desnuda bajo la cama, aterrorizada porque pensó que iba a ser asesinada.
La propia Alicia escribió:
“En los cuatro días que siguieron fui encadenada, violada, golpeada y torturada. Hice lo que pude para sobrevivir, sin importar cuán humillante, doloroso, o asqueroso fuera. Lo hice porqu equería vivir y esperaba que la gente me estuviera buscando. La esperanza era todo lo que tenía.
(…)
Mi experiencia dejó un agujero, pero decidí llenarlo a través de mi mensaje. Comencé a contar mi historia en escuelas. Al principio fue difícil, pero ver la respuesta de los niños lo vale. Pude dar un propósito a mi dolor. El Proyecto Alicia nació. Reconstruir la confianza sigue siendo difícil, en otros y en mí. Pero ahora estoy enamorada y mi compañero me apoya en mi misión.
Nunca perdonaré al monstruo que hizo esto, pero me enfoco en lograr que se apruebe la Ley Alicia (que ayuda a reunir fondos para luchar contra los crímenes hacia los niños en internet) en cada estado de Estados Unidos. Se me otrogó una segunda oportunidad en la vida y hoy lo uso para salvar a otros”.