El Papa León XIV comparte una profunda pasión por el deporte, particularmente por el tenis, que practicó en su juventud, y por el fútbol, al que se aficionó en los años ochenta durante su estancia en Perú.
Aunque no ha declarado públicamente su simpatía por algún club, periodistas de Chiclayo aseguran que mostraba aprecio por Alianza Lima.
Como sus predecesores, también tuvo referentes deportivos: el Papa Francisco fue fanático de San Lorenzo, Benedicto XVI del Bayern Múnich, y Juan Pablo II del Cracovia.