¡Nunca es tarde para cumplir los sueños! Doña Saturnina es el claro ejemplo de que la perseverancia no tiene edad. A sus 66 años, logró culminar el bachillerato, un sueño que había quedado pendiente desde su juventud, cuando solo pudo estudiar hasta el 6º grado.
Con esfuerzo, dedicación y muchas ganas, Saturnina nos demuestra que las metas se alcanzan con compromiso y amor propio. En #LaSobremesaDeIDM compartió cómo fue su camino de superación y cómo venció los desafíos para hacer realidad este logro tan significativo.