La historia de Jamie Keeton es sorprendente. Cuando tenía 20 años descubrió que padecía una misteriosa condición médica.
Se había rasurado la cabeza por primera vez y un día caluroso mientras miraba un partido de béisbol, trató de enfriar su cabeza sosteniendo una lata de soda sobre ésta.
De pronto su equipo logró un jonrón y soltó la lata de soda para tratar de atrapar la pelota. No atrapó la pelota pero algo sorprende ocurrió con su lata.
¡La lata había quedado adherida a su cabeza!
Los doctores aseguran que la piel de Keeton puede literalmente ?aspirar las cosas?, de modo que puede pegar latas, botellas y otros objetos en su cabeza y otras partes de su cuerpo sin que se le caigan.
Su piel actúa como las ventosas de los tentáculos de un pulpo.
Jamie encontró en su extraño padecimiento una forma de ganarse la vida y utiliza su habilidad como parte de un trabajo de tiempo completo para entretener a la gente, incluso varias marcas de productos le pagan por llevar latas con sus nombres a modo de publicidad.