Pedro González, de 30 años, empleado de una tienda de electrodomésticos, fue detenido tras ser señalado como el principal sospechoso de la desaparición de más de 400 celulares en su lugar de trabajo.
La investigación comenzó luego de que, durante un control de inventario, se detectara la falta de varios dispositivos. Un análisis posterior señaló a González como responsable, ya que era quien tenía acceso a los artículos en las fechas de las desapariciones.