¿Alguna vez has escuchado a alguien referirse a la ciudad como jungla de cemento? Bueno, poco a poco esa analogía se está convirtiendo en realidad. Los miles de edificios que llenan cada centímetro de todas las ciudades del mundo, lentamente están terminando con la vida silvestre que alguna vez existió en el lugar. Es por esto que en Francia fue ordenado por ley que los techos de las casas y edificios nuevos estén cubiertos con plantas o paneles solares.
A pesar de que no fue exactamente lo que los activistas medioambientales exigían, esta ley es considerada una victoria en la materia, puesto que de una u otra forma devolverá, principalmente a los pájaros, un lugar natural para habitar.
La gracia de estos techos verdes es que reducirán el gasto de energía que se utiliza para calentar los edificios en invierno y enfriarlos en verano. Además, con su uso retendrán el agua de lluvia, reduciendo así los problemas de escorrentía y favoreciendo la biodiversidad.
Esta ley además buscará combatir el efecto de “isla de calor”. Este efecto urbano se refiere a la destrucción de la vegetación local por la retención del calor de los edificios, el cual hace aumentar la temperatura del sector entre 1.8 y 5.4 grados celcius.
Sería increíble que el resto de los países del mundo pudieran adoptar medidas medioambientales como estas, y poder así volver más verdes nuestras ciudades.