Estudios afirman que con escuchar o hacer música, sea el género que fuese, el cerebro se beneficia de la descarga y catarsis emotiva que se genera durante procesos creativos.
Se comprobó que la música ayuda al tratamiento de personas que por lesión cerebral pierden la capacidad del habla. Igualmente es efectiva para la memoria, ya que durante un encuentro musical se desenvuelven la autonomía, la creatividad, la flexibilidad cognitiva, las habilidades sociales, visoespaciales y motoras, la atención, la memoria, la toma de decisiones, la emoción, y la expresión; aseguran