Un nuevo descubrimiento, publicado en la revista Nature Plants, sorprende al mundo. Una científica de la Universidad de Rutgers ha identificado como una nueva especie una flor atrapada en ámbar desde hace al menos 15 millones de años.

Lena Struwe, profesora de Botánica en la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales, ha descubierto que las dos flores en ámbar encontradas no pertenecen a ninguna de las 200 especies conocidas del género Strychnos. Eso significa que son de una especie que aún nadie había descubierto.
Los que la encontraron le pusieron de nombre “Strychnos Electri”. Struwe acuñó el nombre de la especie en honor a su origen, ya que Elektron es la palabra griega para ámbar.

El ámbar es resina de árbol fosilizada. Y aunque los científicos de vez en cuando encuentran fósiles de plantas en ámbar, por lo general son sólo fragmentos. “Parecía que estas flores se acababan de caer de un árbol” aseguran.
Struwe recibió varias fotos de alta resolución de las muestras de Poinar. Al cabo de unos meses, fue capaz de confirmar que esos fósiles pertenecían al género Strychnos, que consiste en árboles tropicales, arbustos y lianas.

Las astéridas, tipo al que pertenece esta antigua flor, se encuentran entre las plantas más diversas del planeta ya que son unas 80.000 especies. Representan alrededor de un tercio de las plantas con flores, o angiospermas, de la Tierra.
Hoy en día, los seres humanos utilizamos dos extractos de estas plantas como veneno y como medicina. La estricnina se ha utilizado como pesticida y como componente letal del raticida.

Actualmente hay 200 especies de plantas Strychnos en el mundo, la mayoría en los trópicos, y aún se están estudiando por sus propiedades medicinales.
Este nuevo descubrimiento denota que el ser humano tiene aún muchísimas especies sin clasificar, ni descubrir. Y bien lo saben los científicos.