Con un estimado de 20 millones de nuevos conductores en las carreteras cada año, China es una de las ciudades donde la contaminación del aire y los atascos de tráfico son infernales.
Mientras que el gobierno local tienen la esperanza de que las normas de estacionamiento y restricciones de patentes alivien la congestión, los ingenieros y los diseñadores están tratando de encontrar soluciones tecnológicas.
Es así como la ciudad de Beijing está considerando una posible solución: un autobús urbano que podría llevar más de un millón de pasajeros sin ocupar espacio en las calles.
Los participantes en la 19ª Exposición Internacional de Alta Tecnología en Beijing este fin de semana observaban una muestra digital de un bus que se deslizaba por encima del tráfico. Es una réplica de lo que podría ser el futuro del transporte público de China.
El autobús se extendería en dos carriles de circulación y transportaría hasta 1.400 pasajeros. Viajaría hasta 65 kilómetros por hora por encima de nivel de la calle en una pista especial, permitiendo que los coches regulares con menos de 2 metros de altura pasen libremente por debajo.
Funcionaría solo con electricidad y tomaría el lugar de 40 autobuses, lo que podría reducir el consumo anual de combustible en 800 toneladas, y las emisiones de carbono en casi 2.500 toneladas, de acuerdo con una entrevista con el jefe de máquinas, Song Youzhou. Y sería menos costoso que un sistema de metro, ya que no implica la excavación de la tierra.
La idea no es nueva, dos arquitectos, Craig hodgetts y Lester Walker, soñaron con un concepto similar en 1969 para el rediseño de la ciudad de Nueva York. Lo llamaron el Bos-Wash Landliner, ya que sería entre Washington, DC, y Boston. Pero la idea quedó en el olvido hasta hace algunos años.
Song introdujo por primera vez su versión en 2010. En ese momento, Pekín dijo que tenía planes para iniciar la construcción de aproximadamente cinco millas de la pista para el final del año. Sin embargo, tres años después algunas agencias de noticias comenzaron a expresar dudas al ver que las pistas en realidad no habían sido establecidas.
Esta vez, se está construyendo un modelo de tamaño natural en Changzhou y planean probarlo en julio o agosto. Si tiene éxito, podría ayudar a aliviar el problema del tránsito de China, aunque tomaría años para el país para reducir sus niveles de contaminación.
La nueva tecnología tendría que alentar de China 1,4 millones de personas a cambiar su comportamiento. Esto incluye el cambio de sus actitudes hacia la contaminación del aire y el deseo de tener un carro.