La historia se remonta a 1995, cuando los habitantes de Togliati, Rusia comenzaron a ver muy a menudo a un Pastor Alemán deambular las calles, vagando día y noche, persiguiendo carros y todo ese tipo de cosas que los perros callejeros suelen hacer.
Sin embargo, con el pasar del tiempo la gente comenzó a darse cuenta que el perro no se iba de ese lugar, y día tras día se quedaba ahí mismo, por lo que comenzaron a sentir curiosidad por su historia. Ahí fue cuando descubrieron que el perro guardaba un secreto tan desgarrador que cambiaría la ciudad para siempre.
El perro se veía en todos lados de la ciudad, sin embargo nadie sabia desde donde había llegado.
Al interesarse por su historia, los pobladores de la ciudad descubrieron que el perro solía tener una propietaria, la cual murió en un trágico accidente de tráfico en la zona.
Al darse cuenta de la ausencia de su dueña, el perro esperó a ver si algún milagro sucedía. Al darse cuenta de la fidelidad del perro para con su ama, los pobladores de la ciudad lo comenzaron a llamar Kostya (fidelidad). Varias personas intentaron adoptar al perro, sin embargo cada vez el volvía a vagar por el sector donde su dueña tuvo el accidente.
Lamentablemente Kostya falleció el año 2002. Para celebrar su vida y dedicación hacia quién fue su dueña, el artista Oleg Klyuyev realizó una escultura para recordarlo.
A pesar de haberse ido de este planeta, Kostya siempre estará en los corazones de los pobladores de Togliati, esta historia nos demuestra nuevamente que los perros son los animales más fieles del mundo.