A todos nos ha pasado que el pan que compraste hace tres días, ahora está duro e incomible. De hecho, aunque suene extraño, esto le ocurre a diario a muchas personas.
Aunque aveces igual hacemos unas tostadas ultra-crujientes o pan rallado intentando sacar provecho a ese pan duro. Sin embargo, hay días en que deseamos con ansias ese pan blando y esponjoso como si recién hubiese salido del horno.
Lo único que necesitas es un poco de agua y con esta mismas mojar un poco el pan. ¡¡OJO!! no lo inundes en agua, sino que tienes que humedecerlo de tal forma que luego de unos pocos minutos en el horno, menos de 10, el agua haya sido absorbida por el pan y así éste vuelva a ser crujiente en su exterior y blando en su interior, un pan perfecto.
Si quedaste con dudas, te dejamos un video en donde muestra paso a paso el proceso.