La incertidumbre colmó a la familia de una mujer que fue declarada como muerte a consecuencia del dengue, cuando se percataron que el cuerpo no presentaba rigidez y los ojos lagrimeaban. Tanta fue la confusión de los deudos que convocaron a un paramédico para que evalúe el pulso, para luego retornar el cadáver al hospital de origen, donde finalmente se ratificó la muerte.