Cuando nos imaginamos un fisicoculturista probablemente nos imaginamos hombres musculosos y tensionados, cubiertos de sudor y furor, con venas que les estallan en su cuello. Nunca te imaginarías… esto…
Hay un estereotipo que concierne a las ancianitas: son buenitas, son dulces, son frágiles, les cuesta cruzar la calle y hornean galletas para sus nietos.
Shirley Webb, de 78 años, entra en la descripción en cuanto a lo que se refiere a la dulzura y el cariño a sus nietos, pero en cuanto a la fuerza, se encuentra muy lejos del estereotipo de la frágil y quebradiza septuagenaria.
Acá se puede ver un video de ella levantando 102 kilos no una vez…
No dos veces…
¡Sino tres veces!
El video, como pasa en estos tiempos, se volvió viral con la velocidad de un fuego forestal, y recibió miles de comentarios de la comunidad online alabando su resiliencia, su resistencia, su aguante y lo que eligió lucir para hacer ejercicio.
Webb se ha vuelto algo así como una pequeña celebridad, rompiendo récords de levantamiento de pesas tanto en Illinois, de donde es nativa (108 kilos) como en el vecino Missouri.
Pero hace dos años Webb era otra persona por completo, que encajaba mucho más con el estereotipo de lo que supone que es un anciano. En aquel entonces no podía subir escaleras sin agarrarse de la baranda y si se sentaba en el piso no podía volver a pararse a menos que se agarrase de una silla.
En ese momento, agotada de su cansancio y de su condición deplorable, Webb se unió al Club Fitness de Wood River, Illinois, junto con su nieta. Allí, bajo la tutela del entrenador John Wright, Webb comenzó a mejorar su estado físico a pasos agigantados. A los pocos meses ya levantaba 90 kilos, al año estaba rompiendo récords para su edad y categoría de peso.
Desde que su video se volvió viral, Webb se convirtió en una figura inspiradora en su ciudad y su estado, llevando a muchas otras personas a dedicarse al levantamiento de pesas y a mejorar su salud.
“He notado una diferencia tan notable en mi misma” le dijo Webb a “Today”. “Estoy feliz de que la gente se sienta inspirada al verme hacer esto. Una señora vino hacía mi en el gimnasio y me dijo ‘Vi tu video y decidí acercarme al gimnasio y unirme al club’. Eso me hace sentir tan bien”
La historia de Shirley nos demuestra que con voluntad, perseverancia y empuje podés lograr lo que quieras. Me recuerda, también, a la vitalidad de mi abuela de 93 años, siempre con una sonrisa en los labios y una frase de aliento para todos los jóvenes.
“No tengo ninguna intención de detenerme… Cuando voy al gimnasio y me ejercito , cuando dejo el gimnasio, me siento tanto mejor que lo que me sentí cuando entré, me siento tremenda”, cuenta Shirley.
Saluden todos a la abuelita Increíble Hulk, un ejemplo para todos nosotros.