A lo largo de los años los perros siempre han sido vistos como fieles e incondicionales con el ser humano. Una de las características que llama la atención es que en ocasiones siguen a las personas a todos lados.
Según Jane MacMurchy, especialista en animales y coordinadora de Animal Charity of Ohio, esa característica tiene que ver con sus antepasados salvajes.
MacMurchy señala que el hecho de que los canes sigan para todos lados a los humanos y más cuando se trata de sus amos, se debe a que durante siglos han sido animales de manada.
Pese a que el ser humano los ha domesticado, esta característica ha prevalecido y el hecho de que sigan al humano quiere decir que lo ven como parte de su manada.
Esta relación simbiótica se remonta a cuando los lobos fueron domesticados por la humanidad entre 20.000 y 40.000 años atrás.
Esto ocurre incluso cuando hay otros perros alrededor, ya que su familia humana, aquella que le da confianza y tienen un vínculo afectivo, se convierte en su manada.
Según explican los expertos, este instinto genético es también lo que motiva a los perros a observar de cerca y a buscar el contacto físico con las personas.
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