La tripanofobia, como se conoce al miedo a las agujas, es mucho más frecuente de lo que imaginamos. Además de ser un temor frecuente en niños, afecta a entre un 20% y25% de los adultos, es decir, hasta una cuarta parte de la población. De hecho, en un 10% de los casos este miedo es tan intenso que podemos hablar de fobia.
Sin embargo, existen técnicas y anestésicos tópicos que pueden ayudar a evitar este miedo, que puede llegar a ser un serio problema cuando interfiere en temas de salud como las vacunas, en este momento del Covid-19, los análisis de sangre o diferentes tratamientos médicos.
Por ejemplo, en los niños pequeños se recomienda realizar una preparación psicológica previa y administrar la inyección en posición erguida, así como utilizar también técnicas de distracción y anestésicos tópicos.
En el caso de los niños mayores y adolescentes, son también de utilidad la preparación psicológica, las técnicas de distracción y los anestésicos tópicos, pero en este caso se prefiere la posición de sentado para evitar el peligro de mareo, consigna ABC.
Una de las presentaciones más utilizadas para aliviar el dolor del pinchazo suele ser una combinación de lidocaína 2,5% y prilocaína 2,5% en crema. Se aconseja aplicar la crema una hora antes del pinchazo y cubrirla con un apósito impermeable al aire y al agua. En ausencia de apósito se puede cubrir con un film de plástico transparente.
Esto facilita que la piel de esa zona no pierda agua por transpiración, aumentando la hidratación de la misma. A más hidratada esté la piel, menos resistencia tendrá el anestésico para penetrar la epidermis y la dermis con el objetivo de llegar a las terminaciones nerviosas periféricas, bloquear el impulso nervioso y de esta manera impedir la transmisión del dolor.
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