Difícilmente podrías imaginar que un cadáver pueda estar en otra posición que no sea de forma horizontal ni mucho menos que su cuerpo se conservé intacto con el paso de los años sin ser momificado. Lo que le sucedió a este monje budista te dejará sin palabras.
Fuzhou fue un monje budista que dedicó gran parte de su vida al templo Puzhao, ubicado en la provincia de Fujian, China. El monje vivió en el templo hasta el día de su fallecimiento a la edad de 94 años.
En honor a su trayectoria y dedicación sus compañeros decidieron colocarlo dentro de un cilindro en el centro el templo en posición de flor de loto para demostrar el agradecimiento del templo por su labor durante tantos años.
Ya han pasado más de cuatro años desde el fallecimiento del monje Fuzhou, tiempo suficiente para que un cuerpo humano se hubiese descompuesto por completo pero no es el caso del cadáver de este monje quien presenta un increíble estado de conservación sin haberlo sometido a ningún tipo de procedimiento para conservar el cadáver.
Si bien es sabido que la meditación ayuda a tener un estilo de vida saludable y eso puede traer múltiples beneficios para el cuerpo humano se podría pensar que también ayudaría tras la muerte incluso algunos científicos han atribuido este increíble hecho a los efectos que puede tener la práctica de la meditación en la preservación del cuerpo humano luego del fallecimiento.
El cadáver aún se encuentra en medio del templo Puzhao y es un atractivo para todos quienes lo visitan, quienes miran con asombro como su cuerpo a 4 años de su fallecimiento aún se encuentra en la clásica posición de meditación que practicó durante más de 80 años.
El caso ha causado tanta conmoción dentro del templo de Puzhao que ya planean momificar mediante un baño de oro el cadáver de Fuzhou para que así se conserve para siempre.
Sorprendente ¿no?