Desde que Anya Taylor-Joy protagonizó en 2015 “La bruja” de Robert Eggers, su carrera ha ido en alza. Con una intuición increíble para escoger proyectos, y por supuesto, su gran talento, Taylor-Joy estuvo embarcada en el gran fenómeno seriéfilo de 2020 “Gambito de dama” y en el futuro se divisan films igualmente prometedores, de lo nuevo de Edgar Wright “Last night in Soho” a una segunda colaboración con Eggers, en “The Northman”, pasando, claro está, por protagonizar “Furiosa”, la precuela de “Mad Max: Furia en la carretera” que dirige George Miller.
Así, la carrera de esta actriz no podría encontrarse en un mejor momento, y recientemente ha reflexionado sobre ello en Actors on Actors, programa de Variety al que acudió junto a Josh O’Connor para ser entrevistada. Taylor-Joy quiso, aún así, remontarse a fases de su carrera menos triunfales, como cuando terminó el rodaje de “La bruja” y se encontró sin saber qué hacer a continuación. “Lloraba histérica en los aeropuertos”, contó sobre estos días, considerándolos como su momento más difícil.
“Pero era un buen llanto. Mi primer trauma no fue un desamor. Mi primer trauma fue terminar mi primer trabajo y experimentar esa pérdida. La pérdida de un mundo donde un grupo de personas se había convertido en mi todo durante un periodo de tiempo, y ahora ese mundo se había acabado. No sabía cómo lidiar con eso”, reveló. La actriz desarrolló un apego tremendo a su personaje en la cinta de Eggers y fue una suerte para ella poder interpretar cinco años después a alguien durante un tiempo prolongado, en “Gambito de dama”.
“Creo que pasar siete episodios con Beth fue bueno. Con menos, me habría sentido engañada o habría sentido que no pasé el tiempo necesario con ella para asegurarme de que iba a estar bien. Suena un poco loco, pero sé que entiendes lo que quiero decir”, explicó. Entre “La bruja” y “Gambito de dama”, Taylor-Joy participó en producciones como “Fragmentado”, “Glass”, “El secreto de Marrowbone”, “Los nuevos mutantes” y “Emma”, por la que también obtuvo grandes críticas. “Furiosa” supone, hasta ahora, el proyecto de mayor envergadura en el que se ha embarcado.
“Lo que más me entusiasma de Furiosa es, en primer lugar, George Miller. Ese cerebro es increíble. Me siento muy afortunada de pasar tiempo con él, y de crecer a su lado. También me emociona hacer algo tan físico. Convertirme físicamente en otra versión de mí es algo que extrañamente me dará mucha paz. Me emociona trabajar duro”, concluyó.
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