La pandemia ha causado estragos no solo por el virus en sí, sino por las consecuencias mentales que ha provocado en la población en general. Ansiedad, depresión, tristeza, son solo algunos de los trastornos y sentimientos que han aflorado durante el encierro, y eso ha conducido a otros problemas.
Es el caso de Miley Cyrus. La cantante llevaba seis meses sobria, algo que consiguió gracias al apoyo del que en ese momento era su pareja, el cantante Cody Simpson. La exchica Disney ha reconocido haber sido adicta al alcohol y a la marihuana, sustancia que hace meses que tampoco prueba.
Todo iba de maravilla hasta que llegó la pandemia. Cyrus dio una entrevista al programa de Zane Lowe en Apple Music, “Next Music Daily”, y ha revelado que durante el encierro volvió a beber alcohol: “Como le ha pasado a mucha gente, siendo completamente honesta, durante la pandemia recaí”, reconoció.
La artista habla desde el plano de la aceptación y no se avergüenza de admitir que le faltó fortaleza: “Nunca diría que he permanecido sobria si no es verdad, recaí y he aceptado que ocurrió”, enfatizó. A sus 27 años, Miley siempre se ha mostrado sincera ante los hechos que han ocurrido en su vida y la claridad con la que habla es algo que agradecen sus fans.
La artista, que el viernes pasado estrenó nuevo tema junto a Dua Lipa, “Prisoner”, ha querido afrontar su recaída en el alcohol y reflexionar sobre el motivo que la ha llevado a ello: “Una de las cosas que he utilizado es ‘No te pongas furiosa, sé curiosa’. No no te enojes contigo misma, pero pregúntate: ‘¿Qué pasó?'”.
La cantante se ha puesto manos a la obra para no caer en la adicción y ya lleva dos semanas sin probar el alcohol. “Soy muy disciplinada. Es bastante fácil para mí estar sobria o entrar y salir de la sobriedad porque el día en que no quiero hacerlo más, simplemente no lo hago. El día que lo hago, lo hago. Pero cuando no quiero, simplemente no ocurre. Soy muy disciplinada”, comentó.
Sin embargo, Cyrus ha querido aclarar que no es una alcohólica y que lo que necesita es recuperar el control de sus acciones, algo que no ocurre cuando bebe. “No tengo ningún problema con la bebida. Tengo un problema con las decisiones que tomo una vez que paso ese nivel. Solo quiero despertarme al 100 por ciento, el 100 por ciento del tiempo”, admitió.
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