Rosalba, una mujer de 65 años, logró cumplir un sueño pendiente al culminar el noveno grado, tras haber pasado 52 años sin estudiar.
La última vez que estuvo en un aula fue hace más de cinco décadas, pero su deseo de superarse la motivó a retomar los estudios y alcanzar esta importante meta. Con esfuerzo y dedicación, Rosalba demostró que nunca es tarde para aprender y avanzar en la vida.