Miriam Gwynne vive en Escocia y es madre de gemelos de 5 años: Naomi e Isaac, ambos sufren de autismo, por lo que Miriam siempre ha tenido especiales cuidados con sus pequeños.
Su preocupación mayor surgió cuando Naomí estaba próxima a tener su primer día de clases, a Miriam le atemorizaba pensar en que su hija no se adaptaría o que los niños serían crueles con ella.
Pero algo inesperado sucedió. La profesora llamó a Miriam para contarle que Naomí hizo algo asombroso. La orgullosa madre escribió esta publicación en sus redes sociales.
“En la misma clase de mi hija hay otros dos alumnos que también son silenciosos pero por otro motivo: no hablan inglés. Para mayor comodidad, le pidieron a mi hija que se sentara al lado de ellos para que la asistente pudiera ayudarlos a los tres al mismo tiempo.
La maestra les explicaba algo y todos estaban sentados en el piso. Mi pequeña bebé estaba sentada y escuchaba con atención, antes de volver a sentarse a su silla. Les pidieron a los alumnos hacer un dibujo y que escribieran su nombre en lo alto de la hoja. Cuando sus compañeros tomaron los lápices, Naomi se quedó sentada y miraba cómo la asistente batallaba para ayudar a los otros dos niños que no habían entendido la consigna.
Cuando otro niño distrajo a la asistente, Naomi se levantó de su silla y fue hacia los dos niños. Tomó el vaso de lápices y se los dio. Y en silencio, los sujetó a los dos y señaló con el dedo su nombre y luego la hoja. Luego ella tomó un lápiz y comenzó a escribir muy suavemente, mostrándoles a los otros lo que debían hacer.
Esperó hasta que comprendieran lo que debían hacer y lentamente comenzaron a dibujar y a copiar sus nombres. Ella los miró y sonrió. Y recién sólo en ese momento volvió a sentarse y a intentar escribir su nombre”.
La publicación de esta mamá ha conmovido a más de 20 mil personas asombradas por lo que hizó esta niña ya que demuestra que la vida es más que un diagnóstico, y que sí que puede comprender y comunicarse con otros.