Chiara, con solo 12 años, decidió comenzar un pequeño emprendimiento con la ayuda de su familia para comprar sus útiles escolares.
“A mi papá no le suele alcanzar toda su plata y por eso decidí emprender”, comentó la niña, cuyo esfuerzo ha llenado de orgullo y admiración a sus padres.
Un ejemplo de perseverancia y ganas de salir adelante.