La pregunta sobre cuál es la mejor hora para hacer ejercicio siempre aparece al momento de plantearse comenzar a entrenar. Sin embargo, hay discrepancias al respecto. Por un lado, hace unos años la Universidad de California realizó un estudio que certificaba que, para perder peso, la mejor hora a la que se podía hacer ejercicio era por la mañana. Es más, indicaba que el momento más adecuado era tras levantarnos de la cama. El motivo es que, en esos momentos, el cuerpo ha consumido toda la energía derivada de la alimentación del día anterior y, al ser sometido a un esfuerzo, debe usar las grasas acumuladas.
Además, el informe revela que practicar ejercicio por la mañana en ayunas acelera el metabolismo y la quema de grasas. También libera dopamina, serotoninas y endorfinas (las hormonas de la felicidad), lo que reduce el estrés y la ansiedad que nos lleva a comer con mayor apetito.
Por otro lado, un estudio realizado por el Instituto de Ciencia Weizmann de Israel indica exactamente lo contrario. En él se aclara que el mejor momento es la tarde y las primeras horas de la noche. En ese momento, nuestra temperatura corporal es más elevada, consumimos menos oxígeno y tenemos más fuerza, lo que se traduce en un mayor consumo de calorías durante la actividad.
En cualquier caso, lo realmente importante no es cuándo se hace ejercicio, sino que el horario escogido permita establecer una rutina. Solo practicando deporte de forma constante es posible disfrutar de una pérdida de peso saludable, constante en el tiempo y sin riesgo de sufrir “efecto rebote”, publica El Confidencial.
¿Es mejor hacer ejercicio en ayunas o desayunado?
Todo depende de las condiciones de cada persona y de los objetivos que persiga. Por ejemplo, para alguien que quiere bajar de peso, correr 5 o 6 kilómetros en una cinta plegable Fitfiu puede ser muy provechoso por los motivos argumentados anteriormente. Sin embargo, si ya está en su peso ideal y lo que intenta es ganar resistencia para, por ejemplo, correr una media maratón o una maratón completa, no tiene ningún sentido. Ningún deportista de élite realiza un entrenamiento de fondo o disputa una competición en ayunas.
Sin embargo, si desayunamos, no podemos inmediatamente ponernos a hacer ejercicio en una bicicleta estática por muy cómoda que resulte o por muy bajo que sea el ritmo imprimido. Nos sentiremos pesados y faltos de energía si lo hacemos. Hay que esperar, al menos, dos horas para lograr un buen rendimiento después de comer.
En definitiva, la mejor hora para hacer ejercicio depende del objetivo que persigue el deportista y de sus condiciones. En cualquier caso, lo más importante es establecer una rutina que nos lleve a hacer ejercicio, al menos, entre 3 y 5 días a la semana.
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