El que no se pueda fumar en los aviones es conocido por todos, es una norma mundial, se respeta y aunque quieran pasar desapercibidos no lo lograrán, ni si quiera en el baño.
Pero aunque esa regla ha estado establecida desde hace muchos años, siguen manteniendo los ceniceros en los brazos de la silla y en los servicios.
Según un artículo del diario británico The Telegraph, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) obliga a tener estos artefactos por norma, aunque no se pueden ocupar.
Todo empezó en 1973, cuando en un vuelo desde Rio de Janeiro a París, un cigarro quedó mal apagado porque no había cenicero y eso provocó un incendio que mató a 123 de 134 pasajeros, intoxicados de humo y monóxido de carbono.
Tan estricta es la regla, que en 2009, un vuelo de British Airways entre Londres y México D.F. se demoró media hora en salir por que faltaba un cenicero.