El megacohete Starship de SpaceX logró despegar en su segundo intento desde Texas, con Elon Musk y Donald Trump presentes. Aunque el lanzamiento superó las fases iniciales, la nave terminó explotando al caer al océano.
A pesar de esto, SpaceX lo considera un avance clave para perfeccionar el cohete, diseñado para futuras misiones a la Luna y Marte.