La primera rueda de prensa de los talibanes tras la conquista de Kabul ha tratado de mandar un mensaje de concordia y respeto por los derechos de la mujer, algo que contradice los informes de violaciones de derechos humanos a los que este lunes hacía referencia el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.
El portavoz talibán, Zabihulla Mujahid, vinculó directamente el bienestar futuro de las mujeres con la ley islámica. En su comparecencia, aseguró que las mujeres afganas “serán felices” siempre que “continúen viviendo de acuerdo con la “sharía”.
Mujahid aseguró además que “el Emirato Islámico no busca venganza contra nadie” y que “Afganistán no es un lugar de conflicto” y no quieren “repetir ninguna guerra”
De igual modo, insistió en que declararon una “amnistía general” y anunciaron unos objetivos que, a tenor de la experiencia de las últimas décadas, no parecen fáciles de cumplir. Es el caso de acabar con los narcóticos en el país del opio o permitir que las mujeres trabajen, recoge El Confidencial.
“No queremos que nadie salga del país, este es su país, esta es nuestra patria común, tenemos valores comunes, religión común, nación común (…) Hay una amnistía general, por lo que no habrá hostilidades”, afirmó el principal portavoz talibán, que por primera vez en décadas se mostraba en público.
En este sentido, desde la ONU ya han mostrado sus suspicacias y uno de sus portavoces, según informa Al Jazeera, ha exigido a los talibanes hechos que puedan probar todas estas intenciones.
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